DONGLU, China. La policía china rodeaba este domingo un pueblo situado a pocas horas de Pekín para impedir una procesión católica de celebración de la virgen María, que según la tradición local habría aparecido en ese lugar hace un siglo.
Las fuerzas de seguridad erigieron controles en las principales carreteras que conducen al pueblo de Donglu, donde el 90% de los habitantes serían católicos muy devotos de la virgen María.
“La policía no permite que ningún extranjero entre en el pueblo durante el mes de mayo [...] Es así desde hace varios años”, dijo una mujer de este pueblo. Periodistas de la AFP pudieron entrar en Donglu por pequeñas carreteras, antes de ser detenidos brevemente y luego expulsados del lugar.
La presencia policial en Donglu en el mes de mayo se produce desde el año 1995, después de que miles de peregrinos chinos y extranjeros se congregaran en el lugar, según el relato de los habitantes de este pueblo.
Las autoridades locales habían entonces movilizado a miles de soldados, arrestado a sacerdotes y destruido un altar a la Virgen María, según indicaron activistas católicos.
Los católicos de Donglu afirman que la Virgen María se les apareció en el cielo en 1900, durante el levantamiento anti-extranjeros de los Bóxers.
En los puestos de control instalados alrededor Donglu, la policía llamaba a la gente a llevar a cabo sus actividades religiosas “en el marco de la ley”.
Pese al cerco, unos 200 fieles, entre ellos niños, se reunieron cerca de la iglesia del pueblo para preparar la procesión.
“Las autoridades temen que causemos problemas, pero la gran mayoría de católicos nunca provocaría disturbios”, dijo una habitante octogenaria.
Los católicos de Donglu creen que se siguen produciendo milagros tras la aparición de la Virgen.
Un parroquiano mostró a un periodista de la AFP una fotografía de un sacerdote cuyas manos habían empezado a supurar sangre durante la celebración de la Eucaristía el año pasado, según las creencias locales.
Las autoridades no dieron explicaciones sobre el motivo del asedio de la ciudad.
“El turismo no está autorizado aquí”, respondió de manera tajante un policía a un periodista de la AFP.
China rompió sus relaciones diplomáticas con el Vaticano en 1951. Pekín sólo tolera las actividades religiosas en el marco de asociaciones patrióticas controladas por el régimen comunista.
Según los cálculos en China habría unos 12 millones de católicos (de un total 1.300 millones de habitantes). Junto a la Iglesia oficial, existe una iglesia católica llamada del “silencio”, que reconoce la autoridad del Papa.
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