Con funciones acotadas y un acceso limitado a Internet, los feature phones son una evolución de los celulares básicos que se mantienen en el mercado gracias a sus bajos costos y una gran autonomía de uso. Por Michael Millar
Llueve en la ciudad y es difícil saber a qué hora pasará el colectivo por la parada. En algunas ciudades del mundo desarrollado una aplicación para teléfonos inteligentes puede informar cuánto falta para que llegue el próximo, y su usuario puede decidir quedarse en casa mientras tanto (durmiendo, ¿tal vez?).
Pero esta escena le ocurre en Bombay, India, a Milind Dahikar. Él no tiene un teléfono inteligente. Lo que sí tiene es un teléfono móvil con funciones extendidas, también conocidos como feature phone , en inglés.
Este tipo de teléfonos se han vuelto cada vez más populares en el mundo en desarrollo.
Son algo así como los hermanos menores de los teléfonos inteligentes . Pueden tener algún tipo básico de GPS (sistema de posicionamiento global), cámara de fotos, reproductor de MP3 y cierto nivel de acceso a Internet. También son capaces de ejecutar algunas aplicaciones simples.
Están en un lugar intermedio entre los celulares básicos, que simplemente pueden hacer y recibir llamadas y mensajes de texto, y los teléfonos inteligentes. Suelen ser baratos, robustos, y las cargas de sus baterías duran varias veces más que las de los modelos más sofisticados.
En síntesis, pueden ser perfectos en economías emergentes.
Por eso el caso de Dahikar no es único. Un 40% de los usuarios de teléfonos celulares en Argentina, 53% en México y 78% en Brasil utilizan feature phones, según cifras de la empresa de publicidad para móviles, BuzzCity.
Para que no sufriera las consecuencias de utilizar una tecnología considerada menos avanzada (¿cómo conseguiría saber cuándo llegaría el próximo colectivo?), el empleador de Dahikar, Mastek (dedicada a tercerización de servicios informáticos), le proveyó -tanto a él como a sus colegas- una solución a su medida.
Los vehículos de la compañía, que recorren rutas predeterminadas de la ciudad para ir recogiendo a sus empleados, están equipados con un sencillo dispositivo de GPS.
"Nuestro servidor se comunica con este aparato para determinar en todo momento dónde se encuentra el ómnibus y luego pasa esa información a nuestra aplicación para celulares", explica Steve Latchem, vicepresidente de soluciones y estrategias de Mastek.
En el caso de aquellos empleados con dispositivos más básicos, la solución es enviarles mensajes de texto cuando el colectivo está a 15, diez y cinco minutos de distancia".
La empresa consultora Gartner calculó que en todo el mundo las ventas de este tipo de celulares alcanzó los 264,4 millones de unidades en el último trimestre de 2012, superando los 207,7 millones de los teléfonos inteligentes.
En principio, semejante mercado parece fácil de aprovechar para los desarrolladores de software.
"Debido a la relativa escasez de aplicaciones hay mayores posibilidades de captar la atención (del mercado)", dice Paul Roberts, fundador de la empresa ForgetMeNot Africa, que ha creado una plataforma que permite a los usuarios de feature phones operar sus cuentas de Facebook, enviar y recibir correos electrónicos y conversar vía internet usando mensajes de texto o una aplicación.
Pero más allá de este y otros casos puntuales, los usuarios de feature phones parecen ser ignorados por los programadores. ¿Por qué ocurre esto?
"Como nosotros trabajamos en el campo de la tecnología es natural que nos entusiasme lo nuevo, lo mismo pasa con los clientes; ese es nuestro mundo", dice Ashley Bolser, director de la firma de desarrollo de aplicaciones que lleva su apellido.
"Tendemos a olvidar que existe este enorme grupo de gente que quiere usar internet, hacer descargas, y la única forma que tienen de hacerlo es a través de su feature phone".
Así que en vez de ponerse a trabajar en programas cada vez más elaborados y complejos, Bolster se ha concentrado en hacer lo contrario.
Según Bolser, la clave está en mantenerse enfocado en la simplicidad, accesibilidad y usabilidad.
Recientemente su compañía creo una versión para teléfonos con funciones extendidas de la aplicación del programa de la BBC Top Gear (dedicado al mundo de los automóviles), que alcanzó un gran éxito en el sudeste asiático.
"Lo que hicimos fue simplificar en gran medida la información que llegaba de la BBC", dice.
"Nos aseguramos de que las fotos pudieran verse en los teléfonos; no se podían mantener en alta resolución".
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